UN ADIOS INESPERADO.
La vida puede cambiar en cualquier instante, no sabemos lo que nos pueda deparar, a diario las cosas cambian, por eso hay que aprender a vivir y a valorar lo que tenemos y sobre todo a quien tenemos a nuestro lado.
Los caminos de Dios son muy grandes, pero el sabe porque hace las cosas aunque pocos somos los que recibimos sus designios con amor.
Hay una linda familia la cual está pasando por momentos difíciles, una madre muy trabajadora que adora a su marido y en él ve muchas cualidades y pocos defectos se podría decir que sus almas se unieron en esta vida para ser la pareja perfecta.
Pero una mañana un accidente automovilístico le arrebató la vida a Luis, el hombre, marido y padre perfecto, había perecido de un modo inesperado e intempestivo.
Cuando dios requiere un ÁNGEL, busca al mejor de todos, pero a nosotros eso nos cuesta trabajo entenderlo.
La esposa de Luis, no se hacía a la idea de no volver a tener a su lado al ser maravilloso del cual se había enamorado, la partida de Luis fue muy difícil en todos los sentidos.
Pasaron varios meses y Aurora seguía consumida en la tristeza. Se la pasaba recordando a su esposo, todos los días.
Casi no dormía sólo recordaba cada una de las palabras con las cuales su esposo se dirigía a ella, momentos que pasaron juntos, aquellos recuerdos inolvidables y únicos que habían marcado para siempre su vida, esos recuerdos eran los que la hacían aun respirar.
Una mañana mientras estaba mirando hacía afuera, se paró en la ventana un pequeño canario, Aurora lo observo con mucha atención y el ave comenzó a decirle...¿por que estas triste?...ella ¡claro esta! se espanto, pues las aves no hablan.
Creía que estaba dormida, pero no era así Aurora estaba más que despierta y en verdad el ave le hablaba.
El pequeño canario le dijo:
- no te espantes
- soy yo...
Ella no podía creer lo que estaba escuchando, era la voz de Luis su marido, pero no podía ser cierto, pues Luis ya tenía meses de muerto.
El pajarillo siguió hablando y le respondió:
-es verdad las aves no hablan, pero ahora creo que ya sabes que no soy un ave, DIOS me ha dado permiso para venir a verte y he tomado la forma de este animal para que veas que yo no estoy muerto, mírame vivo en cada uno de mis hijos, tal vez en Paco puedas ver mi sonrisa, en Luisito mi inteligencia, Adrián tal vez te recuerde mi manera de hablar y en Silvia podrás ver mi carácter y mi forma de actuar ante las adversidades de la vida.
También estoy en cada una de las cosas que construimos juntos, cumplimos la mayoría de nuestros sueños, pero aunque nos faltó hacer algunas cosas, solo quiero pedirte un favor, realízalas con nuestros hijos y por favor no te enfrasques tanto en el trabajo convive más con ellos, ya no estes triste en el lugar donde estoy la tristeza no existe, aquí solo hay alegría, así que yo estoy muy bien y me gustaría que ustedes también vuelvan a estarlo.
Me tengo que ir pero quiero decirte que desde el cielo los cuido, te quiero y algún día volveremos a estar juntos, recuerda que en el canto de las aves ahi me podras oir, el viento te llevara cada una de mis caricias y los días soleados te dirán lo mucho que te quiero.
Desde aquel día Aurora comprendió que tenía que volver a sonreír pues sus hijos eran el vivo retrato de su padre y que tal y como él se lo había dicho él seguiría viviendo en cada uno de ellos.
Las personas que dejan huella en esta vida, son las que con amor se hicieron querer, las que valoraron a sus semejantes y dieron cariño sin pedir nada a cambio, las que hicieron siempre cosas buenas a pesar de haber tenido no siempre una vida llena de alegría y las que supieron tenderle la mano a su familia, amigos y seres queridos siempre.
Dios nos presta a SUS ÁNGELES, pero también es él, él que decide cuándo deben volver a su lado, solo nos los presta para que podamos aprender de ellos quererlos y cuidarlos por algún tiempo.
La vida puede cambiar en cualquier instante, no sabemos lo que nos pueda deparar, a diario las cosas cambian, por eso hay que aprender a vi...