EL MÉDICO BUENO...él no solo es un doctor es más que eso.


"EL MÉDICO BUENO"



En la cama de un hospital se debatía entre la vida y la muerte un hombre, su esposa lloraba inconsolablemente ante el diagnóstico que le daban los médicos a diario. Los días transcurrían y Pablo nuestro amigo no mejoraba.
Pablo es albañil, en su trabajo sufrió un accidente, cayó de  el segundo piso de la construcción en la cual él estaba laborando. María su esposa es ama de casa, una mujer humilde al igual que Pablo,ellos no saben leer ni escribir,hacía ya unos cuantos años en que los dos habían salido de un pequeño pueblito enclavado en la sierra de  puebla, ellos querían tener una mejor calidad de vida y a Pablo le habían dicho que en la ciudad de México había mucho trabajo para las personas que se dedicaban a la construcción. Sin pensarlo más, tomaron las pocas cosas que tenían y se embarcaron  a ojos cerrados, su destino era la enorme ciudad de México.
Las cosas al principio no fueron del todo fácil para ellos, como a todo recién llegado  a la ciudad, sintieron la gran diferencia que había en cada cosa, en cada calle, hasta en las personas que iban y venían y que salían de no se donde, ellos no sabían que la vida en la ciudad fuera tan ajetreada,habían dejado atrás a su familia, la tranquilidad de su pueblo, los amaneceres limpios y llenos de silencio, el canto de las aves que los despertaban con el alba y sobre todo el aire y la frescura del campo.
Toda su vida había cambiado y a ellos no les quedaba más que adaptarse a la vida de la ciudad.
A Pablo le costó mucho encontrar trabajo pero lo logró, era un buen hombre, honrado, trabajador y además muy responsable.
Ellos rentaban en una vecindad muy cerca del trabajo de Pablo, María salía con mucho miedo por su mandado, la gente le daba temor, los automovilistas, los ruidos, el ir y venir de las personas, en fin todo le aterrorizaba, ella se pasaba los días diciéndole a su marido que quería regresar a su pueblo.
Pablo le hacía ver a su esposa que si ellos volvían regresarían a lo mismo, él volvería a trabajar de vez en cuando en alguna construcción y que como por allá no hay recursos para poder construir tantas casas como en la ciudad, tendría que volver a sembrar  la tierra para que tuvieran apenas para mal comer y que él ya no quería tener dinero solo para vivir el día a día, que el quería tener una casa propia, grande y llena de todas las comodidades, que quería saber lo que es tener un dinero ahorrado para cualquier apuro, y que quería tener un automóvil.
María no estaba de acuerdo con lo que Pablo le decía, acerca de tener todas esas cosas que a el le hacían tanta ilusión, María quería todo lo contrario a su esposo.
Ella solo anhelaba vivir tranquila, tener lo necesario para comer y alejarse de la ciudad. Cada mañana ella le pedía a dios que Pablo cambiara de opinión y que regresaran a puebla.
Paso un mes, ese mes se le hizo a María como si hubieran sido diez años de sufrimientos, para Pablo fue todo lo contrario a el ese mes se le hizo como si solo hubieran pasado diez días. 

Pablo  desde que arribo a la ciudad se dejo deslumbrar por todo, sus grandes edificios, los lujosos automóviles, el vestir y calzar de la gente etc.
María se aferraba a la idea de volver a su pueblo y Pablo se aferraba a quedarse  a vivir en la ciudad.

PERO UNA MAÑANA LA VIDA LES CAMBIARÍA POR COMPLETO.

Como cada mañana Pablo salia hacia su trabajo, María lo despedía por la pequeña ventana que daba hacia la calle con una gran sonrisa y le gritaba que mas tarde le llevaría el almuerzo. Pablo levantaba la mano y le decía adiós. Esa era la rutina de ellos por las mañanas.
María después de que despedía a su esposo se dedicaba a hacer los quehaceres de su casa, entre ellos estaba prepararle el almuerzo a Pablo, el cual le llevaba siempre antes de las doce del día. Esa mañana al parecer todo transcurría tranquilamente, ella se encontraba guisando, cuando un compañero de Pablo llamo a la puerta, María se apresuro a abrir y le dijo.... buenos días.... ¿que se le ofrece?... el hombre estaba blanco, no podía articular palabra, María le volvió a repetir lo mismo... buenos días.... ¿que se le ofrece?...
el hombre como pudo le dijo... señora a su marido le paso un accidente.
María  sintió que el mundo se le vino encima, el hombre al ver el estado en el que se encontraba María la tomo del brazo y le dijo:acompáñeme señora, yo la llevo al hospital a donde llevaron a su esposo.
Pablo fue trasladado a un hospital pero el dueño de la obra no se hizo responsable de nada pues argumento que Pablo tenia solo un mes de estar trabajando con el.
 ¡DIGAMOS QUE SON DE ESAS INJUSTICIAS DE LA VIDA!
María estaba sola y ademas la gente la menospreciaba por su analfabetismo, los que todavía tenían un poco de humanidad la ayudaban en todo lo que podían, ella no sabia leer ni a quien dirigirse en ese gran hospital.
Al llegar con el medico que estaba atendiendo a Pablo, ella le pregunto por la salud de su esposo, el doctor le respondió:su esposo esta inconsciente, el golpe que había llevado en la cabeza era grave y lo tenían que operar.
El medico le dijo a María que necesitaba pagar cuarenta y cinco mil pesos para que ellos pudieran operar a Pablo.
María se puso a llorar y le dijo al medico que ellos no tenían eso dinero, que lo único que habían podio ahorrar eran dos mil pesos.
El doctor le movió la cabeza a María y le dijo: apúrese mujer a conseguir ese dinero, pues su esposo no se puede quedar así.
Ella no sabia que hacer, solo lloraba al ver a su esposo postrado en esa cama y le decía... si nos hubiéramos regresado al pueblo Pablo nada de esto hubiera pasado, mira ahora, que voy a hacer yo...¿de dónde voy a sacar tanto dinero?
Los médicos quienes ahora se han convertido en humanos sin sentimientos ven a cada enfermo ya sin alguna compasión, ellos solo ven como signo de pesos a cada paciente, el altruismo, y sobre todo el amor  hacia sus semejantes se esta acabando, es raro encontrarse con un doctor que no vea a sus pacientes como cheques al portador en esta actualidad.
María se pasaba los días y las noches al los pies de la cama de Pablo, el seguía sin reaccionar y los doctores no le daban esperanzas a la pobre de María, le decían que entre mas tiempo pasara Pablo sin operarse las consecuencias podrían ser fatales.
Ella les suplicaba que lo operaran, pero ellos le decían que sin dinero no podían hacer nada. María les decía que por caridad, que por humanidad lo hicieran, pero sarcásticamente le respondían... que de caridad no se comía.

YA HABÍAN PASADO 15 DÍAS EN LOS QUE PABLO SEGUÍA IGUAL.

Una noche, un médico se paro frente a María y le dijo... ¡no te apures mujer tu marido saldrá bien librado de esta batalla, deja de llorar!... y la abrazo,ese abrazo fue lo más lindo que alguien había hecho por ella desde hacia mucho tiempo, el se había compadecido de ella y le demostraba que aun había gente en la gran ciudad que todavía tenían sentimientos.
María sintió ese abrazo como  ningún otro, el doctor antes de irse  le dijo.... solo dios decide el destino de cada ser humano que entra aquí, él dice si se salvan o se mueren, los médicos solo somos sus instrumentos, el nos guía la mano y nos ilumina en el quirófano, pero el poder de la vida y de la muerte solo el lo tiene.


María quedo realmente tranquila al oír las palabras de aliento que este médico le había dado, pero a la mañana siguiente todo volvió a ser igual, los demás doctores le volvían a exigir a María el dinero para que pudieran operar a Pablo, ella nada más se les quedaba viendo y ya no les respondía nada, entre ellos decían... estos indios son unos ignorantes, no saben nada y piensan que todo se los tenemos que resolver nosotros.
La vida de María  era en verdad triste, ella esperaba que llegara la noche para que el medico bueno como ella le decía llegara a ver a su esposo y le diera un pronostico mejor que el que le daban los médicos que pasaban por las mañanas a la revisión de rutina.
Y así llego la noche y con ella el médico bueno como le decía María aparecía de la nada, cuando ella menos se lo esperaba ya estaba ahí a su lado, le tocaba el hombro y le decía.... ¡no te apures María yo veo que tu marido no necesita  ninguna operación dios lo esta salvando y él en unos días despertara!.


María le creía a este doctor y estaba segura que en unos días Pablo despertaría.
Los médicos seguían insistiéndole cada mañana con lo mismo y seguían haciendo corajes con nuestra amiga, ella les dijo que su marido despertaría pronto que el médico bueno que pasaba cada noche a verla le había dicho que su marido no necesitaba ninguna operación y que ella confiaba en el.
Ellos se quedaron muy desconcertados con lo que María les había dicho del medico que pasaba a revisar al paciente por la noche, no podían creer que alguien le estuviera dando este diagnostico a ella. Así que se pusieron a investigar por la descripción que les dio María del médico que estaba de turno por la noche, o de los internistas que checaban a los pacientes por la noche, pero ninguno coincidía con la descripción que les había dado María.
Le preguntaron también a las enfermeras pero a este médico nadie lo había visto. Es más en el hospital nadie había visto a un medico con la descripción que ella les había dado.
Después de hacer miles de investigaciones llegaron a la conclusión de que María, debido al cansancio  y al estrés estaba comenzando a tener alucinaciones.

Pero el médico bueno la seguía visitando cada noche y la noche antes de que Pablo cumpliera un mes en el hospital, el medico bueno le dijo a María que al día siguiente Pablo despertaría y que no le quedaría ninguna secuela de su accidente, que todo estaría bien, que el les sugería que regresaran a su pueblo y que se olvidaran de querer tantas cosas como las que Pablo quería tener, que la mejor cosa que podemos tener en el mundo es salud y que teniendo salud tenemos todo, que le contara a Pablo todo lo que había pasado y que le hiciera ver que Dios siempre está a su lado.
María estaba feliz, no podía creer que Pablo fuera  a despertar a la mañana siguiente.
Cuando amaneció les dijo a los doctores que su esposo ya iba a despertar, ellos ya solo la veían como a una persona a la cual el dolor y la falta de dinero para salvar la vida de su ser querido la estaban llevando a la locura.
Pero María confiaba tanto en el médico bueno que no perdía la esperanza de  que Pablo esa mañana despertará.
Pero pasaron dos horas y Pablo no despertaba, justo cuando llego la enfermera a checarle los signos vitales Pablo despertó intempestivamente, ella dio un grito que se oyó en todo el hospital, más enfermeras y médicos llegaron hasta la habitación en donde se encontraba Pablo, María lloraba y  al mismo tiempo gritaba de felicidad y los médicos que  dos horas antes de lo acontecido habían tachado a María de loca, ahora veían que en estos dos humildes provincianos Dios había obrado el  milagro más grande que ellos hallan  visto.
Pablo y María volvieron a su pueblo y vieron que la vida nos enseña grandes lecciones, y que los milagros   de Dios siguen existiendo, se dieron cuenta de que el dinero no es todo en el mundo, Pablo aprendió a  valorar lo que tiene, y nunca más le pidió a Dios tener más de lo que necesitaba.

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