Estos eran dos amigos, uno de ellos se llamaba Luis y el otro era Carlos.
Luis era muy pobre y Carlos era muy rico, ambos tenían doce años. Los padres de Carlos le decían que no se juntara con Luis, ellos pensaban que por ser ricos únicamente se tenían que juntar con otras personas de la misma clase social y que si no, todos se burlarían de ellos, sin embargo; Carlos no les hacía caso, él amaba jugar con Luis y este amaba jugar con Carlos de igual manera.
Un día Carlos invitó a su cumpleaños a Luis, él y sus padres aceptaron la invitación. Ya estando en la fiesta Carlos y Luis se fueron a jugar con los otros niños, mientras que los padres de Luis se quedaron a platicar con algunos de los invitados de aquella fiesta.
Cuando los demás niños vieron a Luis se rieron y burlaron de él, ellos le decían que si sus padres no tenían dinero para comprarle ropa de marca; Luis solo se quedaba callado y agachaba la cabeza, pero Carlos les decía que se callaran que aunque fuera pobre él era su mejor amigo, los demás niños solo se quedaron pensando como Carlos prefería al niño pobre que a ellos.
A la hora de los regalos todos los niños le dieron juguetes y ropa cara a Carlos, pero Luis se acercó a su amigo y le dio un muñequito de trapo diciéndole:
-Toma amigo, lo hice yo mismo y aunque no sea caro ni de marca lo hice con mucho cariño.
-No te preocupes, este no es como los otros regalos este es el más especial de todos y otra cosa mejor que me has dado es tu amistad y el ejemplo de que aunque no eres rico eres más feliz que yo.
Los dos amigos y los invitados estaban llorando, y Carlos le dio un fuerte abrazo a Luis.
Poco tiempo después todos los invitados se fueron incluyendo Luis y sus padres, antes de irse Carlos le dijo a Luis que le agradecia a Dios por darle un amigo tan bueno como él.
Al siguiente día en la escuela, Luis vio a Carlos sentado en una banca, él se acercó y le dijo que fueran a jugar, pero Carlos muy molesto le contestó:
Luis le preguntó que, qué tenía y su amigo le dijo que sus padres lo enviarían a estudiar a otro país por varios años y que tendría que irse dentro de una semana, Luis se puso muy triste al escuchar lo que su amigo le dijo.
La semana pasó rápido y era el día de la despedida. En la estación de tren ya estaban Luis y sus padres, ellos llevaron muchos globos y un gran cartel que decía "BUENA SUERTE Y REGRESA PRONTO", cuando Carlos y sus padres llegaron y vieron el cartel, Carlos quería llorar cuando vio que su amigo estaba ahí, ellos se bajaron de su carro y los saludaron, también les agradecieron por el cartel y los globos, después todos comenzaron a despedirse de Carlos.
El día del reencuentro había llegado, Luis había esperado ese día con mucha emoción. Se fue lo más temprano que pudo a la estación y ahí esperó dos o tres horas a su amigo, pero cuando Carlos llegó, Luis se dio cuenta de algo, Carlos ya no era como antes, el ahora era presumido, egoísta, ambicioso fanfarrón y vicioso. Luis se acercó a saludarlo y Carlos lo empujó y le dijo:
Luis le preguntó que si no se acordaba de él a lo que Carlos le respondió:
-No y no me importa quien eres yo solo quiero saber donde están mis padres.
Carlos sin decir nada más se retiró, y Luis regresó a su casa muy decepcionado, sus padres le preguntaron que cómo le había ido y Luis les contestó que Carlos ya no era como antes.
Pero en la vida nada es eterno, a veces estás arriba y a veces abajo y justo eso fue lo que le pasó a Carlos, al paso de un año su fortuna se le terminó y quedó en el lugar de Luis, pues ahora él era el que no tenía dinero; mientras que Luis hizo una fortuna más grande que la que tenía Carlos.
Carlos al quedarse sin nada ya no sabía que hacer, por que ya no podía darse lujos ni satisfacer su vicio, sin embargo;Luis hacía su vida normal y no hacía lo que todos los humanos, andar por todo el mundo, él simplemente de vez en cuando se daba uno que otro lujo. Él únicamente satisfacía sus necesidades.
Carlos al ver que ya no tenía dinero, lo primero que hizo fue ir a pedirle ayuda a Luis, así que fue a su casa a pedirle dinero ya que el ni siquiera sabía trabajar, pero lo que su amigo le dijo fue:
-Ves por que no debes tratar mal a la gente ya sea rica o pobre, pues algún día te lo pueden regresar, y no, no te voy a dar dinero, por que tu solo lo vas a ir a gastar en alcohol, drogas, etc.; pero si te voy a ayudar a conseguir un trabajo.
-¿Yo trabajando? ....ja ja ja ja.... mejor voy a pedir limosna.
-Estás muy mal, pues prefieres ser un indigente, que alguien a quien respeten por ser trabajador, y yo solo te digo que si no te pones a trabajar te hundirás más de lo que ya estas.
Y sin decir nada más, Carlos se fue, sintiéndose poderosísimo y como si él no necesitará de nadie, pero con esa mentalidad de que tu eres el único que tiene la razón, no ganas nada ni arreglas nada, solo te hundirás más de lo que ya estabas.
A la siguiente semana Carlos fue de nueva cuenta a la casa de Luis porque él quería que fueran amigos otra vez pero Luis vió que sólo era por interés del dinero y le dijo:
-Mejor dime la verdad, ¿Que quieres o por qué te apareces como si nada hubiera pasado?
Carlos le contestó:
- La verdad es que le debo dinero a casi todo el mundo y casi me matan por farsante, ya nadie me da trabajo.
Luis le contestó:
-Te lo dije y ahora nadie confía en ti, hacer que la gente pierda la confianza es muy fácil pero hacer que la recuperen es muy difícil y ahora ¿Que vas a hacer? porque con perdones no creo que soluciones nada.
A lo que Carlos le contestó:
-No se, Luis.
Así que Luis le ofreció apoyo para pagar todas sus deudas, pero siempre y cuando le prometiera olvidar sus vicios y ponerse a trabajar; Carlos le dijo que sí que muchas gracias.
Al día siguiente Carlos fue con luis a todas las casas de aquellas personas a las que Carlos les debía dinero, cuando terminaron Carlos le agradeció a Luis y le dijo que quería poner una tienda, pero que si lo podía ayudar a empezar su tiendita, Luis le contestó que sí, que con mucho gusto que siendo para cosas buenas él siempre lo ayudaría y así Carlos y Luis se estaban volviendo amigos de nueva cuenta pero ahora si iba a ser una buena amistad.
Al pasar un mes la tienda estaba lista para abrir, Carlos no sabía cómo agradecerle a Luis y él pensó que la mejor manera era haciendo lo que él le decía "OLVIDAR SUS VICIOS Y SER TRABAJADOR".
Llegó el día de la inauguración, Carlos abrió muy temprano su tiendita y Luis llegó un poco después. Dios al ver que Carlos ya era otro dejó que su tienda fuera muy famosa y esta creció y creció hasta que la tienda se convirtió en un famoso centro comercial.
LUIS LOGRÓ CONVERTIR a Carlos en alguien diferente.
Luis un día logró escuchar a dios y él le dijo lo siguiente ... "hiciste un gran trabajo al cambiar a Carlos, te felicito, eres muy especial y por favor sigue ayudándome a cambiar al mundo"
Luis estaba muy contento porque pudo oír a Dios.
A partir de eso Carlos y Luis fueron los mejores amigos siempre.
"Esta historia nos demuestra que quien de verdad quiere cambiar se le hace muy fácil obtener un cambio y que quien no quiere cambiar ni con la voluntad de alguien que lo apoye lograra ser una persona diferente".
LOS CAMBIOS QUE QUEREMOS HACER EN NUESTRA VIDA DEBEN COMENZAR, CON MUCHA FUERZA DE VOLUNTAD, TENIENDO SIEMPRE LA MEJOR ACTITUD Y LEVANTANDONOS DE CADA DERROTA UNA Y
OTRA VEZ CON LA FRENTE EN ALTO .
Estos eran dos amigos, uno de ellos se llamaba Luis y el otro era Carlos. Luis era muy pobre y Carlos era muy rico , ambos tenían doce a...